La trampa de la aceptación: cómo normalizamos la violencia
La única certeza absoluta es que todos nos vamos a morir. Aunque no puedo asegurar del todo como se vive en el otro barrio, intuyo que si estás leyendo esto es porque todavía estas vivo. Seguramente tu corazón late, tus pulmones y el resto de tus órganos cumplen su función sin que tengas que hacer nada para que así sea. Aunque pocos lo tengan en cuenta esto es una prueba que indica que la vida es un milagro, que va mucho más allá de lo que podemos controlar o entender. La vida se sostiene sola, sin que intervengamos, como si algo —llamalo universo, energía, Dios o lo que prefieras— estuviera constantemente apostando por nosotros, recordándonos que mientras estemos acá, todo es posible. Lo que sí corre por cuenta nuestra es que esa vida merezca la pena… Decir sí, lo sé y no experimentarlo en la vida diaria es como el conocimiento adquirido que no se aplica. No sirve para nada… La mayoría no vive como si la vida fuera a terminarse... la vive como si fuera un libreto que alguien...