“¿Hay alguien en este mundo que no mienta?”

 


Me quedó haciendo ruido esta frase mientras escuchaba de fondo la serie "Diario de un Gigolo"sin prestar demasiada atención y aunque en la trama, no tenía mucho contexto, seguramente el guionista necesitaba hacerse la misma pregunta que yo. “¿Hay alguien en este mundo que no mienta?” 

 Alguna vez me pregunté cual es la línea que separa lo que debo o no debo decir y mientras la vida no me de una respuesta que me haga creer que estoy haciendo mal, mis filtros van a seguir siendo mínimos y los determina a veces la cabeza, otras el corazón... a veces simplemente la rebeldía impulsada por la impotencia de vivir en un mundo que va en la dirección contraria, en una sociedad llena de máscaras... a veces, ese tipo de cansancio que no se me pasa durmiendo... 

Me ajusto a la frase que dice, “prefiero que me odien por lo que soy a que me amen por lo que no soy” amo la palabra “transparencia” y vivo de acuerdo a eso. Quizá en otro planeta sea considerado una virtud, pero la verdad es que, en este, aunque la palabra “suene bien” y la mayoría diga que no le gusta que le mientan, cuando el “contenido” de la verdad no endulza los sentidos, mejor negarla o enojarse, entonces lo que debería ser una virtud a menudo es considerado un defecto. Y parece ser más fácil que cuestionar una mentira, negar la verdad que no se quiere ver o escuchar. La verdad me ha traido mas problemas que beneficios y más críticas que halagos, pero con Pepe grillo estamos en paz. 

Y aunque mi intención no es meterme en un debate filosófico sobre que es la verdad, concepto que puede tener muchas variantes y puede ser cuestionable desde la ética, a menudo y en lo cotidiano, no son las cuestiones extremas las que tiñen la verdad de sombras y matices oscuros.

Aun cuando pueden existir diversos puntos de vista acerca de una cuestión considero que detras de quien oculta, miente intencionalmente o no se muestra tal cual es, hay “un no me acepto” y valido la opinión del otro por sobre la propia, “un no estoy de acuerdo con lo que estoy haciendo” pero me conviene y “un no quiero hacerme cargo de mis acciones y mis palabras” y detrás un mundo de excusas y justificaciones que nada tienen que ver con las distintas interpretaciones que puede tener una misma verdad.

En términos más duros, suelo decir que quien miente o se miente a sí mismo, no se cree capaz de construirse la verdad que está contando, ni vivir acorde a los valores que cree correctos. 

Me gustan las verdades incómodas. Si quisiera escribir algo bonito haría novelas de amor, de esas que pocas veces se viven en la vida real, con un narrador que pueda hablar de lo que hay en la cabeza de todos los personajes, pero lo malo de la ficción es que lo bonito termina con los títulos o la contratapa de un libro, sumando a los ideales y las expectativas del colectivo y sin explicar porque estas historias no funcionan en la vida real. Y no es que las historias perfectas no sean posibles, sino que nadie quiere ser como los personajes de estas historias, porque en definitiva de eso se trata, no queremos poner en práctica todas esas cualidades que esperamos ver en los demás o hacemos cosas que esperamos que los otros no hagan. Por lo cual… los resultados tampoco pueden ser los mismos de la ficción. Y con este panorama hay que ser muy valiente para compartir un proyecto de vida, en cualquier aspecto, con otro ser humano y dejar tus expectativas individuales en manos de otro. 

Para un narrador puede ser fácil solucionar conflictos porque es dueño de la mente de cada uno de los personajes, pero en la vida, la interpretación es libre y mas acorde a la experiencia propia que a la realidad que hay del otro lado… ahí está el problema de la comunicación y si a eso le sumamos lo rebuscados que somos los seres humanos y que un porcentaje importante aplica a conveniencia, la ley de relatividad para la verdad… estamos bien jodidos para entendernos.

y de verdad que no entiendo porque complicamos tanto las cosas.

Lo que me gusta de las verdades incómodas es que, aunque sea por incomodidad, te obligan a correrte del eje y considerar otra mirada. Obviamente siempre van a estar los negadores incapaces de verle el doble sentido a un concepto o a una idea… para esos no escribo. Pero también existen personas con la suficiente apertura mental para darse cuenta que la parte que no nos gusta de la realidad la construimos por error y podemos hacer algo distinto si somos capaces de verlo. Y en mi matemática para principiantes esto significa: Mas personas felices, menos personas haciendo mal en el mundo.  Y si para cuando ya no esté por estos pagos, no conseguí mi objetivo, que todo quede en un mal cálculo porque en definitiva nunca fui buena para los números… pero mientras viva, no voy a dejar de intentarlo.

El fin es generar consciencia y transformar… la historia de amor mejor vivirla que escribirla.

Y aunque me han criticado la forma que tengo de decir las cosas… si algo he podido comprobar, es que la teoría sobre Comunicación Eficaz es maravillosa en un escenario de charlas Tedex, pero en la vida real y con 43 años de experiencia, cuando de poner límites se trata, las cosas dichas en buenos términos y sin generar una emoción que incomode y obligue al otro a moverse… no genera cambios. y vaya que lo he intentado… quien está cómodo traspasando los límites no se corre si solo lo invitas a correrse. 

“La verdad os hará libres”, dijo Jesús y no mentía,  entre muchas cosas, la presión de sostener un personaje, de atragantarse con las palabras, la verdad que se evita para no generar conflictos, tantas veces imaginarios, no se compensa con estar rodeada de personas que creemos que no estarían si nos conocieran de verdad. Al fin y al cabo todos nos ven como necesitan vernos. 

Tengo claro que mi lucha es contra siglos de mentiras y conceptos mal instalados. Así como no soy la única que está en esta lucha. Mentiría si dejera que tengo fe en la especie humana, que poco se atreve a cuestionarse lo que circula como verdad, que elije repetir los errores y llorar sobre las consecuencias, que elije la mentira a vivir de acuerdo a sus creencias, que rechaza las emociones aunque se de cuenta que no por eso dejan de estar ahí. Me cuesta imaginar un mundo en paz porque cada uno está viviendo su propia guerra entre lo que el ser pide ser y lo que creemos que el mundo impone. Pero creo que es posible

La verdad externa es relativa a los ojos del observador, pero existe una verdad interior que guía los pasos y está construyendo la exterior que compartimos todos, de esa es la que hablo, la que se niega, cuando pudiendo ser trabajada, sería aún mejor que la que pretende mostrarse creando una imagen falsa de lo que no somos. 

Ser lo que somos, es un derecho que solo nosotros podemos negar o defender.

Red Metamorfosis

 

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