Cuando realmente te comprometes y no solo tratas...
Era mi última asignatura pendiente de la primaria. A los 12
años ya había elegido mi camino, sabía todo lo que yo era y lo que quería para
mi vida. Lo que no sabía entonces, entre tantas otras cosas, era que para poder
hacerlo iba a tener que luchar contra todo “mi mundo y el mundo social” y que
me iba a llevar 16 años tomar la decisión de ser dueña de mi vida y otro tanto
llevarlo a cabo. No sin tocar fondo primero y de esos fondos de los que no
siempre se vuelve.
Mi única guía, soporte y motivación fueron los
libros, que hablaban un idioma bastante distinto al de las personas que me
rodeaban. Por ellos supe que había otros mundos en los que valía la pena vivir.
Y ese poquito de esperanza que le tengo a la raza humana, solo se debe a que
detrás de esos libros, sé que hay personas y que, además supieron mostrarme que
se puede hacer algo significativo, a la vez que mágico con las palabras.
Si bien ni
los títulos ni los certificados significan algo para mí, este en especial, después de más de 15 años en el camino del desarrollo personal, es
un “papel simbólico” de haber recuperado mi última acción en un momento de mi
vida en que ya no tengo que seguir buscando los cómo, sé lo que quiero y lo
hago. Y mi deuda con mi yo pequeña, está saldada. Porque incluso sin darme
cuenta cumplí con lo que me propuse a los 4 años. Cambiar el mundo, pero eso lo
dejo para la próxima (con la letra chica incluida)
Lo importante no fue que me recordara lo que ya sabía a los 12 años, sino “aceptar”
que a pesar de haber contrariado todas las verdades que quisieron imponerme, yo
también caí en la trampa de las limitaciones, permití que la cultura me pusiera
etiquetas y me llenara de toda su mierda. Todos de alguna manera caemos en esa
trampa.
Agradezco a
todos los que me dijeron que no podía, me pusieron piedras, me juzgaron e hicieron cada paso más difícil,
porque gracias a todos ellos, me ví obligada a revelarme a la vida que tenía destinada
si solo me hubiera limitado a creerles.
Bue… esto
es como la bolsa, hay días que suben las acciones, días que bajan. Pero mi
patrimonio está en orden…
Cuando
encontrás lo que te llena, todo el pasado tiene sentido, incluso la oscuridad
de donde creías no poder rescatar nada. Ahí es cuando te das cuenta que de
alguna forma estás tan unido a la vida que todo el tiempo te está marcando el
camino.
No importa cuál sea tu historia, ni de donde venis, la posibilidad y la imposibilidad solo la define tu cabeza. Y solo cuando sos dueña de tu vida, podes elegir en que creer
Si alguien
me hubiera dicho esto cuando soñaba con cambiar el mundo, quizá lo hubiera
hecho más rápido, pero seguramente no hubiera aprendido a encontrar la
oportunidad y el crecimiento en el dolor, ni hubiera podido entender el valor
de mostrarle a alguien sus fortalezas y sus posibilidades cuando escucho un
problema y saber que todo puede transformarse en algo mejor. Siempre se puede.
Solo es Creer, querer, hacer y tener paciencia para ver los resultados. Y la metamorfosis es inevitable.
Como dice
Paulo Coelho “Muchas veces el tren equivocado terminó llevándome al lugar
correcto.”

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