Comunicación y Lenguaje no verbal


                                                                                                     (…) “Que sus misterios,
                                                                                                                  como dijo el poeta, son del alma,
                    pero un cuerpo es el libro en que se leen.”
Jaime Gil de Biedma.



A lo largo de la historia el hombre ha buscado diversas maneras de comunicarse que han ido evolucionando a través  del tiempo. Al igual que los niños, el hombre prehistórico manifestaba sus primeras formas del lenguaje a través de dibujos y símbolos en las paredes de las cuevas y rocas, a la vez que gruñidos  similares a lo de los animales, gestos y algún tipo de señas. Se dice que hace aproximadamente cuarenta mil años, el hombre comienza con este proceso que hoy llamamos comunicación,  el cual ha resultado muy útil para su desarrollo personal, pero sobre todo social.
La evolución del lenguaje y la escritura fue facilitando la comprensión, y la tecnología fue acortando las distancias. Lo que comenzó con instrumentos primitivos, como cornetas y tambores, fueron dando lugar a nuevas formas de comunicación que han constituido un papel importante en el desarrollo,  parte de las necesidades y exigencias de cada época. Desde el telégrafo electromagnético, que trasmitía impulsos rápidamente a través de cables interpretados como mensajes de textos codificados en su estación de destino. La imprenta, que permitió la expansión de la comunicación escrita, más tarde el teléfono, aún vigente y hoy en día los teléfonos móviles e internet que nos permiten vernos y comunicarnos en tiempo real con cualquier parte del mundo.

 

HABLAR NO SIEMPRE ES DECIR


Sin embargo, al mencionar todo esto, nos estamos refiriendo solo a los soportes que hicieron posible la comunicación sin mencionar que en el proceso intervienen otros factores claves, quien emite el mensaje de forma consiente y con una intencionalidad, quien lo recibe, que decodificará el mensaje de acuerdo a sus códigos culturales y el mensaje en sí , que a grandes rasgos, en una conversación entre dos o más personas, podríamos decir que son las palabras que se utilizan para dar a entender algo. Pero si bien es cierto que en el lenguaje verbal las palabras son el instrumento comunicativo que se lleva nuestra mayor atención, no siempre hablar es decir y se ha demostrado que las palabras no pueden interpretarse de manera aislada. Más allá de las palabras existe un mundo de comunicación no verbal. Todo nuestro cuerpo está cargado de significado: nuestro tono de vos, la postura, las micro expresiones de nuestra cara y algunos gestos como la forma de inclinar la cabeza, una mirada profunda o esquiva, el comportamiento de las manos, las piernas etc..

 Uno de los primeros indicadores en que se fijan quienes estudian sobre la comunicación no verbal es el movimiento corporal y aconsejan que cuando existe un conflicto entre las palabras y el lenguaje corporal siempre debemos confiar en el lenguaje corporal.

La Comunicación no Verbal se hace necesaria en una sociedad que desde sus inicios ha estado influenciada por los comportamientos de los animales. El origen se considera un antecedente evidente de la comunicación verbal donde el hombre primitivo se valía de gestos y señas para realizar sus actividades cotidianas. Teóricos como Homero, Platón, Aristóteles o Cicerón reflejaron en sus obras aportes sobre distintos aspectos que hacen a la Comunicación no Verbal. Se realizaron estudios sobre las descripciones de rasgos físicos, la importancia del rostro e incluso analizaron los gestos en relación con la oratoria. Podemos ver un claro ejemplo de ello en este fragmento de la serie sobre la vida de San Agustín



Cabe destacar los aportes que realizó  Charles Darwin. Pese a que la evolución de las emociones aparecen ampliamente plasmadas en la teoría evolucionista y en el principio de selección natural, en su obra “La expresión de las emociones en los animales y en el hombre” Darwin se sumerge en el análisis de tres principios esenciales de las emociones que constituyen al hombre: En la primera trató de demostrar que el individuo está compuesto por una serie de movimientos involuntarios que incluso en situaciones que no se requieren hacen su aparición. La segunda expone que una vez consolidado el hábito, la respuesta que se produce a dicho estímulo es totalmente contraria. Y por último que la acción directa del sistema nervioso en situaciones de excitación puede dar lugar a movimientos expresivos.  Sin duda un aporte significativo para la época.
Sigmund Freud también desarrolló algunos avances en este campo a través del estudio del inconsciente. Postulaba que el hombre tiene más valor comunicativo a través de sus actos que de sus palabras y que estos lo podían traicionar puesto que escondía más de lo que revelaba. Una equivocación en el habla o en la escritura podría suponer un indicio de que estaba compuesto por fuerzas ocultas que no requieren de un conocimiento consciente sobre la situación.
 Pero si viajamos a tiempos más contemporáneos nos encontramos con Paul Ekman, psicólogo estadounidense que se dedicó al estudio de las emociones y las expresiones faciales. A Ekman se le considera co-descubridor de las “micro expresiones” faciales que, según demostró junto a Wallace V. Friesen pueden utilizarse para detectar mentiras con cierto grado de confiabilidad.
La teoría de Ekman sobre las 6 emociones básicas el miedo, la tristeza, la alegría, la ira, el asco y la sorpresa habla sobre la posibilidad de identificar ciertas señales fisiológicas específicas que son compartidas por todas las culturas. Pese a su popularidad ha sido cuestionado tanto en sus métodos de investigación como en cuanto a las emociones a tener en cuenta.


                       Tim Roth interpreta a Cal Lightman, un investigador experto en detectar mentiras,

                                           en la serie “Lie to Me” inspirado en la investigación de Paul Ekman (izquierda).

La mente y el cuerpo se consideran como un sistema único, cada uno influenciando directamente al otro. No puedes dejar de comunicarte. Lo que ocurre en el interior de tu cuerpo afectará a tus pensamientos y viceversa y lo que transmitas influirá a las personas que están a tu alrededor. El mensaje que intentamos transmitir no siempre es el que los demás reciben y muchas veces para generar el impacto que deseamos es fundamental el manejo apropiado de nuestras expresiones como también el correcto reconocimiento de los mensajes que emiten las personas que nos rodean, de esta forma si hacemos un análisis de forma consciente, la comunicación no verbal puede convertirse en una valiosa fuente de información y un poderoso instrumento social.
En los estudios dedicados a los sistemas de comunicación no verbal se distinguen cuatro disciplinas: la kinésica (gestos o movimientos corporales), el paralenguaje (efectos sonoros), la proxémica (distancia o posición ante al interlocutor) mientras que la cronémica se ocupa del concepto y de las actitudes que el ser humano tiene respecto al tiempo que maneja a diario.
En esta oportunidad voy a detenerme en la Kinésica, estudio sistemático que hace referencia a los gestos, movimientos corporales y aquellas posiciones del cuerpo  que de forma consciente o no poseen un valor comunicativo, la postura corporal, la gesticulación, la expresión facial y por último la mirada. La postura corporal será la posición que tome nuestro cuerpo en una situación de comunicación con una o varias personas y puede reflejar tanto un estado de ánimo como el interés o desinterés del momento del que está siendo parte. Se puede distinguir por ejemplo, entre una postura abierta, cuando una persona se abre a la comunicación sin poner barreras corporales como son cruzarse de brazos o piernas y una posición cerrada, al entrelazar los brazos y/o piernas separándonos de nuestro interlocutor. Un gesto corporal puede reforzar o debilitar, confirmar o contradecir el sentido que se pretende comunicar. Los gestos serán los movimientos  que hagamos con las manos, los brazos, y la cabeza, son capaces de expresar sensaciones o emociones  y también aportan información. Según cuáles sean nuestros gestos, podemos mostrar evidencias de cómo nos sentimos frente a una situación: inseguros, relajados, incómodos, enojados, desconfiados, decididos o complacientes. Los mismos pueden verse reflejados en la expresión de la cara. El tono de la voz o simplemente la mirada puede traicionar o camuflar nuestras verdaderas intenciones.






Cuando hablamos de expresión facial nos referimos el modo a través del cual podemos expresar nuestras emociones, sentimientos, y estados de ánimo. Los gestos nos delatan. Los ojos y las miradas son una buena prueba de ello.













Dicen que los ojos son el espejo del alma, el punto donde se unen, el alma y el cuerpo y considero que todos sabemos un poco de esto sin la necesidad de apoyarnos en teóricos o científicos que avalen la capacidad que tiene la mirada de transmitir sensaciones más allá de las palabras.

 “La peor traición que te puedes hacer a ti mismo es no hacer aquello por lo que te brillan los ojos”


Cuando dos miradas se encuentran podemos saber que se esconde en el mundo del otro. Ninguna otra parte del cuerpo guarda mayor carga emocional que los ojos y a menudo suelen decir más que las palabras, incluso contradecirlas. Una mirada puede delatar cansancio, alegría o tristeza, penetrarnos hasta el fondo del alma o fulminarnos. Hay miradas que matan y otras que seducen y/o enamoran.
Diversos estudios científicos dicen que mirar fijamente a los ojos de otra persona genera una reacción de excitación aunque la interpretación de la misma dependerá del contexto, otros que los ojos delatan la honestidad de la sonrisa y las pupilas dilatadas, interés. En cualquier caso, el mejor receptor será el que sepa traducir lo que las emociones del otro generan en nosotros mismos.

Si te interesó y quieres poner a alguien a prueba:
https://www.vidanaturalia.com/el-significado-de-las-miradas-y-el-movimiento-de-los-ojos/


Imagino que en algún momento de la historia de la comunicación, previo a los antecedentes de los que se tienen más como probables que certeros, el hombre “primitivo” fácilmente pudo haberse hecho entender con una mirada y quizá por la misma extraña razón que nos enseñaron a buscar respuestas afuera fue que fuimos perdiendo esa nata intuición que todos llevamos dentro y confiar en las sensaciones del cuerpo, lo que nos transmite la otra persona, lo que suelo decir, la antena que llevamos dentro, que bien sintonizada es a prueba de error. Claro que en situaciones donde se ponen en juego los nervios o el miedo, es tan difícil escuchar la antenita como analizar las expresiones del otro si no se lo tiene como una práctica habitual. Sin embargo estamos evolutivamente entrenados para leer el lenguaje no verbal, cualquiera debería ser capaz de saber qué tipo de emociones e incluso situaciones se describen en las siguientes imágenes:








Sin necesidad de palabras, ni de estudios lingüísticos previos, seguramente supiste identificar éstas imágenes con situaciones de la vida cotidiana y de igual forma habrán venido a tu mente un sinfín de cuadros en que utilizamos la comunicación no verbal de manera inconsciente, ya sea para leer en otro las intenciones o para generar alguna reacción.
Somos lo que comunicamos. Nos acompañan, nos siguen y nos creen por lo que decimos, pero también por cómo nos movemos, gesticulamos, miramos y hasta por cómo sonreímos.
Es importante saber que podemos "decir" con el cuerpo cosas que nuestra mente no quiere, pero si sabemos cuáles son los gestos que nos hacen lucir más fuertes y seguros y logramos sintonizar nuestra verbalidad y no verbalidad nuestras palabras brillarán en un halo de seguridad.



Comentarios

Entradas populares de este blog

La Patria no nos pertenece... nosotros le pertenecemos a ella

¿Quién se hace cargo? Defensa al consumidor mira para otro lado...

Votar es seguir aceptando las reglas del juego